Arreglando algunas cosas de mi cuarto di con dos cuadernos...
Uno, mi cuaderno de dibujos de la prepa... Ah..., el idealismo puberto, prometo publicar algunos dibujos después.
Dos, mi cuaderno de poemas... Ah..., no sé que decir de esto... Juzguenlo ustedes, y si tienen una critica, pues me escuso: Estaba en la prepa, no manchen!.
Mi sueño paranoico.
Mi sueño paranoico
no es de sombra
ni tiene voz
pero me sigue,
sus palabras están ahí.
Demonio Uno:
Cargando una roca
encadenada al cuerpo,
sin un ojo, perdido en batalla
y después devorado,
múltiples laceradas
creadas con placer,
cuernos rotos que mataron,
la frente fruncida, la Ira.
Mi sueño paranoico,
primera aparición
de un recuerdo
futuro, detrás del espejo,
pero me sigue,
sus palabras están ahí.
Demonio Dos:
Inmóvil de mármol,
figura humana sin detalle,
señala, inmóvil,
no habla, inmóvil,
ladino sin fuerza,
señalando sólo,
solo, ni el Sol,
sin luz su tumba.
Mi sueño paranoico,
conversión tal que
recuerda la pubertad
pero me sigue,
sus palabras están ahí.
Demonio Tres:
Una boca de plástico,
parábola roja.
Paso a paso,
camina en círculos
para no ser descubierto.
Toca un tambor que
suena inverso,
que deleita a la gente.
Mi sueño paranoico,
hablando de espaldas
a un feliz auditorio,
engañando sin temor,
pero me sigue,
sus palabras están ahí.
El lugar:
Un laberinto,
con luces de neón
guiando los caminos:
Rojo, la mano derecha,
sangre en la muñeca,
con un pan entre
sus dedos.
Azul, la mano izquierda,
de un clavo brota el vino.
Naranja, el origen del complot,
donde nace cada pieza,
donde alguien puso
la primera piedra de la iglesia.
Morado, el aparato que da vida,
las mentes alimentan las entrañas,
ruidos de orgía...
¡Las ventanas!, ¿Espejos
o ventanas?
¿Zafiros, rubíes o miradas?
El centro, gira dando un mismo color:
La Palabra de Dios.
Se escuchan las cadenas
y corro al corazón,
los latidos son fuertes,
tanto, que castigan mis oídos,
¿tanto?, ¿Si el silencio ha llegado?
Silencio, una sonrisa,
silencio, un muñeco toca el tambor,
silencio, pregunto la salida,
silencio, él no responde,
sólo toca, sólo lo veo.
Mi silueta en el espejo,
me señala, en el espejo,
volteo, en el espejo,
volteo en el espejo,
cierro los ojos... En el espejo.
Al fin desaparecido,
dejó de señalarme,
los ojos en mis manos,
la calma, la calma,
la oscuridad eterna.
¿La calma? el silencio
eterno, ¿la calma?
mi silencio eterno
¿La calma?...
... Siento el abrazo
de un ángel que no llega,
me lleva a la salida,
me da un beso en la mejilla.
La luz es fuerte
¿En verdad es la verdad?
Los pájaros cantan
y yo pude hablar.
Sordo, ciego con un ángel,
vivo muerto, ya es tarde.
Vivo muerte.
